El desafío constante de quienes debemos reflexionar acerca de lo que ocurre en la sociedad es precisamente lograr cierta distancia pasajera de ella para poder comprenderla desde otro lugar. Esto exige un ejercicio doblemente difícil; por un lado, cuesta desembarazarse de nuestras percepciones cotidianas, de nuestros prejuicios y sistemas de clasificaciones. Pero por el otro, existe el riesgo de caer en la pura teorización, en categorizar y ajustar la “realidad” a un marco teórico que nos satisfaga. Doblemente complicado, entonces, será este viaje que sin embargo emprenderemos por los tentadores y engañosos caminos de la cotidianeidad. La cuestión aquí será identificar cómo actúa
Desde nuestra perspectiva,
La mañana y el mediodía
Estamos al borde de la cornisa, casi a punto de caer
Despatarrado en la cama, Pedro descansaba de un fin de semana de festejos por el cumpleaños de un amigo. El otoño, presente ya hacía varios días, lo había obligado a taparse con varias sábanas, pero para esta altura de la mañana sólo lo cobijaba una que se había salvado de las patadas nocturnas. De repente, una música feroz estalló en el silencio y lo hizo despertarse exaltado y sorprendido. Era la alarma de su celular que le indicaba el momento de interrumpir el sueño y comenzar una semana más de estudio. Lo que sonaba era Persiana Americana, uno de los temas de Soda Stéreo que vino con el celular cuando se lo compró, justo coincidiendo con el tan publicitado retorno del grupo de rock hacia mediados de 2007. Tras ponerse un buzo Pedro, aún un poco confundido, se dirigió al comedor para prepararse un mate.
Hagamos una primera pausa. Detengámonos en esta simple situación: un celular cuya alarma despierta a un estudiante en una mañana más de lunes. En principio, nada llamativo; desde que el uso de los teléfonos móviles se masificó se hizo corriente que los despertadores de antaño hayan pasado a ser estos pequeños aparatitos. Pero lo interesante es analizar dos elementos de la escena anterior. Por un lado, el celular de Pedro seguramente es un modelo ya “pasado de moda”, ya que si se lo compró en 2007 quiere decir que tres años después aún continúa con el mismo artefacto y para la industria eso es estar “atrasado”. El secreto del mercado es el cambio constante, pero un cambio mínimo, casi imperceptible, que no obstante transforma al modelo previo en obtuso y le exige a los consumidores adquirir el nuevo pues está “más actualizado”. Revisando el artículo de Horkheimer y Adorno encontramos una frase que nos puede ayudar a reflexionar: “Para eso sirven el ritmo y el dinamismo. Nada debe quedar como estaba, todo debe correr continuamente, estar en movimiento. Porque sólo el universal triunfo del ritmo de producción y reproducción mecánica garantiza que nada cambie, que no surge nada sorprendente.” (Op. Cit. :193) Y pensemos en el celular de Pedro, ¿cuán diferente serán los modelos de ahora con respecto al suyo? ¿qué ventajas ciertamente notables presentan aquellos que el mercado lanza ahora en relación con los que salieron tres años atrás? Visto así, podríamos decir que en verdad hay poca diferencia entre uno u otro. Podrá ser una memoria más amplia para guardar imágenes o filmar, quizá una promoción de llamadas gratis, pero poco más. En última instancia, ambos siguen permitiendo lo más básico: llamar y mandar mensajes de texto, ¿acaso no es eso lo más importante?
El otro hecho tiene que ver con la presencia de Soda Stéreo en el paquete de contenidos del celular, una característica publicitaria que últimamente ha emprendido la empresa telefónica Personal. Cada cierto período de meses pone en circulación un nuevo producto acompañado de los artistas de rock que en ese momento están acaparando el mercado. Así, después de Soda Stéreo tuvieron sus momentos de promoción Babasónicos, Juanes, Los Fabulosos Cadillacs, etc. Esto que estamos contando también formó parte de una experiencia personal, en aquel 2007 un familiar nuestro se compró un celular Personal y dentro del aparato había varios temas de “Soda” y algunos fondos de pantalla. Allí estaba presente uno de los mecanismos de
(Este ensayo fue escrito en el marco de la cátedra "Historia y Crítica de los Estudios en Comunicación Social" y presentado en el VIII ENACOM realizado en San Salvador de Jujuy en agosto de 2010. Agradezco a la profesora Ernestina Morales que me ayudó a modificar algunas cositas para presentarlo en el congreso y a las/os chicas/os que me hicieron el aguante a la hora de la exposición, sobretodo al grupo del "Hacela Corta", compañeros entrañables de aventuras disparatadas)