La plaza 9 de Julio es hoy en día el epicentro de dos grandes protestas, por un lado la referida a la lucha de los productores yerbateros y por el otro la que hace al reclamo de las familias afectadas de El Brete. Carpas, tractores, banderas y hasta muñecos con formas humanas decoran el escenario de un lugar ubicado en el corazón mismo del micro centro posadeño. Es una reapropiación del espacio social, una forma de hacerse ver en el medio de una jungla urbana que se despliega altiva con su shopping, su “Calle Paseo”, sus hoteles y sus restaurantes. Allí estuvimos nosotros para conocerlos, para charlar con ellos, y esto nos contaron:
Sólo una decisión política: Carlos Ortt es el Presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM) y vive en Oberá. Nos contó que hace más de un mes están ubicados en la plaza y vienen de muchas partes de la provincia, principalmente de lo que denominan “Zona Roja”. Se trata del centro de Misiones y abarca desde Andresito hasta Alem. Lo que exigen es muy simple: que se anexe una parte al artículo 5 de la Ley 25.564 para crear un “Mercado Consignatario” que se encargue de regular el precio de la yerba mate canchada. Es que hasta 1992 existía una organismo estatal que procuraba negociar un precio justo pero las políticas neoliberales hicieron que desaparezca y la formación del Instituto Nacional de Yerba Mate en 2002 todavía no ha dado buenos resultados. Hoy en día les están pagando $0,30 como mucho por kilo de hoja verde (la materia prima que ellos trabajan) mientras que reclaman que se lleve a $0,48. Hasta aquí han tenido pocas respuestas del gobierno y seguirán instalados en la plaza hasta tanto no cumplan con su reclamo.
Un lugar en el mundo: Liliana Del Piano pertenece a una de las 120 familias afectadas del barrio El Brete (en el norte de la ciudad, a orillas del Río Paraná). La situación es muchísimo más complicada porque no sólo deben encontrar un gesto político sino también alguien que atienda a sus reclamos en el seno de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), que es la que los obligar a re-localizarse. Básicamente el reclamo es que, ya que los van a despojar del barrio que supieron tener, se les den las hectáreas y los materiales necesarios para poder construir ellos mismos sus propias casas de acuerdo a sus necesidades. Además, aquellos que prefieren conseguir una indemnización piden que realmente se les pague lo que esos terrenos valen, puesto que en el mercado cotizan alrededor de $170.000 y la EBY sólo les da cerca de $31.000, es decir tan sólo el 18%. Por último, piden que juntos con ellos se traslade un símbolo de El Brete: el Club Social y Deportivo. Los colores verde y blanco de la institución ya son mucho más que pigmentos para una camiseta, ahora también son los colores del reclamo, de la lucha y, ante todo, de la identificación con un lugar del que los quieren echar.
Dos sectores sociales, dos exigencias para que los responsables se hagan cargo y los escuchen. Indignados, ocuparon un lugar histórico y transitado por miles de personas todos los días. Están allí y no se van a ir hasta que los escuchen quienes deben hacerlo. La gente, los jóvenes, los misioneros, ya saben que están y por qué están. Es hora de soluciones, sólo eso: soluciones.
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