La Semana de Mayo es un momento que me produce muchas contradicciones. Por un lado me encuentro inserto en un ambiente de patriotismo que reviste las paredes de celeste y blanco y se disfraza con galera y pañuelos al cuello. Por el otro, el más profundo, una resistencia a reforzar una tradición de rituales que a esta altura son reproducidos irreflexivamente y cuyo paradigma encuentro en la infaltable Escarapela escolar. Cuando se acerca la fecha del 25 de Mayo comienza a aflorar un deber implícito en los argentinos de sacar a relucir sus escarapelas como una señal de vaya a saber qué compromiso con la Historia. Se me ocurre que nace como un simple cumplimiento a una regla impuesta en el colectivo imaginario, casi como cuando en Navidad todos se saludan afectuosamente o el 31 de Diciembre se desean Feliz Año Nuevo. ¿Qué significa la Escarapela? ¿Por qué usarla sólo un puñado de días? ¿Qué pasa si no se la utiliza? Pareciera que esa porción de tela en el pecho confirma que uno pertenece a este país, que uno es argentino y ¡Viva la Patria!...
Pero, si uno es “argento”, lo es todo el año. Lo es cuando comparte un asado con amigos, cuando comenta el partido del domingo, cuando escucha Atahualpa Yupanqui, Charly García o Carlos Gardel (entre muchísimos otros). Uno lo es cuando lo siente, no cuando simplemente lo viste. Porque en definitiva, ¿de qué sirve tener puesta la escarapela si después no nos preocupa nada de lo que sucede en Argentina? ¿acaso no es más importantes el reclamo de los maestros, de los trabajadores de la salud, de los yerbateros, de la gente de Gualeguaychú, etc. etc.? ¿O resulta tedioso que corten rutas, suspendan las clases, impidan el acceso a los puentes? Tenemos, entre otras cosas, un desaparecido desde el 18 de septiembre de 2006 y la (in)Justicia no hace nada, un maestro muerto por represión policial, chicos con hambre, ¡chicos con hambre en el “Granero del Mundo”! Indignante. Por eso me sorprende la facilidad con que se resuelve el ser argentino: me pongo una escarapela y listo.
Además, como señalaba antes, usar las cintitas celestes y blancas reafirma un rito que forma parte de conjunto de saberes compartidos (los “Mitos” de los que habla Felipe Pigna) que incluyen: el 25 de Mayo hubo una Revolución que rompió los lazos con España, la gente vitoreaba en la plaza, los negritos que vendían empanadas estaban contentos porque iban a ser libres, todos bailaban el choclo, ¡Viva la Patria! Sin dudas muchas de esas cosas pasaron, seguramente la abolición de la esclavitud (que en verdad llegaría tres años después) fue la más importante, pero, por ejemplo, se obvia el hecho de que la primera Junta designada el 23 de Mayo tenía como Presidente ¡al ex Virrey Cisneros!, al mismo al que querían derrocar, una paparruchada propia de nuestra clase política… Se olvida que dentro de la famosa a Junta del 25 había internas feroces que acabaron con los tipos que planteaban visiones latinoamericanistas y realmente libertarias: a Belgrano, Castelli y Moreno les hicieron la cruz, recordemos, por ejemplo, el vil engaño y asesinato de este último en el mar. Como éstas hay otras tantas cosas que hacen a la lectura de la Historia, o más bien a su construcción y son descuidadas al repetir, años tras año, el mismo versito.
Sin embargo quisiera hacer una salvedad: hay mucha, mucha gente que realmente se preocupa por Argentina y, además, usa la Escarapela. Probablemente yo sea un renegado al cohete y plantee cosas innecesarias, pero por lo menos es lo que creo y por mi parte me rehúso a ponerme algo que no comparto. Por último quisiera señalar que, de estar un poquito en lo cierto, la manera de rearmar la Historia y moldear la identidad nacional de una forma más reflexiva tendría que ser empezando desde las escuelas; porque si a los chicos les muestran todos los años las mismas zonceras jauretcheanas en los aburridísimos actos del 25 de mayo, si se los sigue disfrazando como hace 197 años y continúan haciéndoles recitar discursitos de patriotas con voz altiva, la Escarapela seguirá siendo tan sólo una costumbre irreflexiva, inútil.
5 comentarios:
Me gusto mucho lo que escribiste, muy buena la reflexión y estoy totalmente de acuerdo. La escarapela, al igual que los demás actos patrios, se lo recuerda como si fuera un deber a cumplir, pero no se lo recuerda por lo que relamente representan... Pero bueno, creo que está en nosostros, poner algo, o bastante, para que ello cambie. Bueno Marcos, gracias por lo que escribís, es muy bueno... Nos estamos viendo... Marisol
Obvio que sirve, que pregunta es esa?. Tendrias que valorar mas tu patria , no a Charly Garcia, no comer un asado. No podes comparar nunca una emancipacion con comer un asado. "Por eso me sorprende la facilidad con que se resuelve el ser argentino: me pongo una escarapela y listo", no , mejor comete un asado , escuchando a Garcia y no vas a tener mas rutas cortadas.
"Pero bueno, creo que está en nosostros, poner algo, o bastante, para que ello cambie" , eso es una buena reflexion.
estoy de acuerdo con tus conceptos, no creo que seas un renegado, en todo caso yo tambien lo soy y tantos otros aegentinos que por distintas pero parecidas razones no usamos escarapela. yo voy un poco mas alla con el " reneguismo" y no uso banderas( me considero ciudadano del mundo)y tampoco canto el himno, hecho que me traia algunos problemillas en mi etapa escolar
loco interesante pero con lo de charly y el asado te fuiste un poco...hay toda una representacion en su uso, que debe revalorizarse por la historia que construyeron tantos y que otros destruyen.
No entiendo muy bien. Creí que todos sabíamos que se utiliza la escarapela como un símbolo de un comienzo de revolución y para distinguirse de los realistas; de ninguna manera se quería la independencia de España. La revolución significa más que la libertad. Yo como moreno no creo que hubiera tenido la libertad que tengo hoy, ni hubiera podido entrar en ciertos lugares, muchas de las mujeres que leen esto no tenian el mismo derecho que los hombres, así como también los pueblos ancestrales; solo por ser americanos. Esto es lo que se recuerda al colocarse la escarapela y al cantar Libertad, libertad, libertad. Si se evocan en los actos escolares representando la época es otro tema. Me acordé de una cita de J. O'Donohue que dice ..."Cuando los refugios culturales externos están en ruinas es preciso explorar y volver a despertar en lo más profundo de la identidad". Hay otros libros de historia Argentina no solo los de F. Pigna. Me parece muy básico el artículo y sin base teórica o práctica en que fundamentarse. Ah y se escribe La Argentina o República Argentina
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